En los últimos días y más en las últimas horas se está
produciendo una alarma social porque Microsoft deja de dar soporte a Windows
XP. Muchas personas se están angustiando porque temen que su ordenador vaya a
dejar de funcionar o vaya a dejar de hacer alguna de las cosas que venía
haciendo, situación similar a la que se produjo con el llamado “efecto del año
2000”. Pero, en realidad, ¿qué va a pasar?. NADA. A partir de mañana podrán
seguir utilizando su ordenador como si tal cosa.
Que Microsoft no dé soporte supone que no va a actualizar
más el sistema, por tanto no va a solucionar problemas y no va a facilitar más
parches, pero es que muchas veces estos parches a multitud de usuarios nunca
les han afectado, porque correspondían a partes del sistema que nunca
utilizaban o estaban relacionados con otras aplicaciones que no tenían. Por
otra parte está el tema de la seguridad, se amenaza con que va a ser más
vulnerable al ataque de intrusos o de virus. También se exagera, ya que siempre
ha sido vulnerable y de ahí la gran cantidad de antivirus que existen en el
mercado y que son absolutamente recomendables y que sí se seguirán
actualizando. Pero además tampoco hay que preocuparse demasiado por este tema
porque hay que partir del hecho de que por mucho que se proteja un sistema,
antes o después, va a ser vulnerable, luego está bien poner medidas pero sin
obsesionarse.
Una pregunta que nos podemos hacer es ¿cuántas veces he
acudido al soporte de Microsoft para que me resuelva un problema, y cuando lo
he hecho, cuál ha sido el resultado? La respuesta a esta pregunta, en cada
caso, puede ser un indicativo de lo que te va a suponer no tener soporte.
Indudablemente esta política de difusión, mediante una
campaña que se viene desarrollando desde hace meses, supone el que mucho
equipos se actualicen y esto se traducirá en un aumento considerable de las
ventas y más hoy día con la influencia que tienen los medios y las redes, cosa
que no pasó por ejemplo con versiones anteriores como w95, w98 o incluso Vista.
La tan deseada renovación del sistema operativo en muchos
casos traerá consigo la renovación del equipo, en unos casos porque el equipo
no soportará las nuevas versiones, en otros casos porque el equipo no podrá
sacar partido de todas las características del sistema como por ejemplo el uso
de las pantallas táctiles. Aunque aquí en muchos casos también se está jugando
con los usuarios, porque tampoco una versión como Windows 7 o Windows 8 requiere
mucho más hardware de lo que ya se tiene con Windows XP, ya que funcionan con
procesadores a partir de 1 GHz y con una memoria RAM de 1 GB, requisitos que
cumplen muchos de los equipos actuales que están funcionando con XP.
Como conclusión, no es una catástrofe seguir con XP, salvo
que te llamen obsoleto, pero por supuesto cualquiera de las nuevas versiones es
mucho más atractiva, incluso en muchos equipos con un hardware aceptable
funcionará mucho mejor, pero a cambio de tener que pagar un precio y en muchos
casos la reinstalación de otras aplicaciones. Puestos a cambiar siempre es buen
momento para estudiar las alternativas, existen más sistemas operativos,
algunos a coste cero como los basados en Linux, aunque pueden suponer un
aprendizaje o tener que renunciar o sustituir alguna de las aplicaciones
instaladas.
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